La Contra 8: Refuerzo positivo

Creo que ni hay nadie en sus cabales que no considere la validez del “refuerzo positivo” y que en muchas ocasiones (ojo, no en todas, no dogmaticemos) es muy efectivo. Dicho esto, me llama l atención que los apóstoles de estas medidas como únicas e indiscutibles, no aplican ese mismo rasero al mundo docente. A los niños hay que disfrazar sus errores dentro de un océano de buenismo y comprensión con la esperanza de que se corrijan ellos solos. Repito que en algunas ocasiones sucede. Pero para el docente se guardan el arsenal de improperios, “ya tú sabeh»: no hay vocación; no hay formación, no hay humanidad; no te haces respetar si es que alguno te insulta o te escupe; no tiene competencia digital, emocional, sentimental, ecológica, psicológica, astral, unicornial… todo ello viendo las aulas desde las ventanas si es que de camino a sus despachos pasan por algún centro escolar.

Tengo sensaciones parecidas a cuando, en algún cursillo, alguien critica la instrucción directa desde un atril y con un CANVA a las espaldas; o crítica (yo no pongo, que os veo venir) los deberes porque patatas, pero defiende el Classroom o la flippedleches.

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Editorial número 11

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