Reflexiones sobre el aprendizaje en valores como fundamento preponderante para la conformación de la Escuela para la Hispanidad¹ (Segunda parte)

El hombre no nace dotado de las conquistas históricas de la humanidad. La educación política-ideológica, bien planificada, organizada y dirigida donde los estudiantes sean los protagonistas principales, donde se les de la posibilidad de asumir un determinado rol, debe lograr una formación en valores que los lleve a actuar, con un sentido humano y profundo, asimilando valores tales como: honestidad, bondad, patriotismo, trabajo, y el sentido del deber entre unos y otros. Es vital educar a las nuevas generaciones poniéndolas en una situación que les permita realizar un trabajo intenso y creativo, a través de su experiencia en la práctica en la vida social donde deben desarrollarse y formarse como hombres capaces de mantener lo conquistado hasta el momento, incluyendo ser mejores cada día, actuando de una forma coherente en su vida presente y futura. Los conocimientos, actitudes y valores se adquieren y se forman como resultado de la realidad en que cada sujeto vive y del desarrollo social alcanzado en una época determinada.

Al respecto, es importante asegurar que actualmente estamos viviendo una crisis de valores. También es importante analizar como puede la Escuela para la Hispanidad abordar esta problemática con una expectativa de éxito, evaluando constantemente si se transmiten o se forman y se desarrollan los valores. De acuerdo a lo planteado es importante preguntarse: ¿Qué valores formar y desarrollar? La respuesta no es fácil, considerando la actual crisis de valores existente, representando una ardua tarea. En primer lugar estarían aquellos valores que los diferentes sistemas de influencias: familia, escuela y sociedad, promueven y valoran positivamente para estimular su formación y desarrollo. A continuación algunos valores relevantes a considerar en el diseño del currículum de la Escuela para la Hispanidad:

• La espiritualidad (a través del amor hacia sí mismo y hacia Dios como base para el desarrollo de la espiritualidad).

• El amor a la laboriosidad y al trabajo como fuente de satisfacción de las necesidades.

• El humanismo (a través de la manifestación del amor desde todas sus dimensiones).

• La solidaridad.

• La justicia.

• La identidad (patriotismo).

Para la pedagogía, la formación de valores constituye un problema de la educación de la personalidad. Para lograr educar en valores, es esencial tener como prioridad una serie de condiciones positivas, tomando en consideración como se dijo anteriormente a la familia, la escuela y a la comunidad. Para avanzar en este propósito es importante tomar en consideración algunos aspectos relevantes relacionados a la educación como base fundamental para la formación en valores:

• La educación debe centrarse en las necesidades del proceso de formación del individuo en las diferentes etapas de su vida.

• Se deben promover principios morales sólidos tales como la dignidad, el amor, desde todas sus dimensiones, aceptando a cada uno como es, aceptando su propia personalidad lo que promueve el desarrollo de la autoestima como una de las bases fundamentales para fortalecer la naturaleza biopsicosocial del educando.

• Establecimiento de relaciones humanas de máxima comunicación.

• Hacer de la Escuela para la Hispanidad un lugar atractivo e innovador en el que el estudiante sienta la necesidad de estar, lo que favorece que la escuela se convierta en el centro cultural de la comunidad.

• Promover el desarrollo del pensamiento creador y las potencialidades máximas del individuo.

• Crear un clima que aliente el pensamiento crítico del educando.

• Evitar la educación autoritaria y la enseñanza meramente informativa.

• Evitar la inercia, el conformismo y la no participación.

• Respetar y amar las tradiciones dentro de la Hispanidad tanto en la escuela, como en la familia y en la comunidad.

• Garantizar que los propios educandos elaboren sus proyectos de vida y desarrollo personal, asimilando una vez que comprendan las mejores experiencias de la sociedad tomando en consideración a la música, la danza y el teatro, actividades que desarrollarán el equilibrio emocional que necesita el ser humano.

• Aplicación de métodos productivos que encuentren la participación, el desarrollo del pensamiento creador y la independencia, tomando como un fundamento importante la educación para la vida, incluyendo conocimientos relacionados a economía, política y lenguaje [10,11] donde se requiere incluso el fortalecimiento de la educación del hogar.

De acuerdo a lo planteado, resulta imperiosa la necesidad de promover el amor al trabajo y la formación de un sentido de la vida en correspondencia con las posibilidades de los países de la Hispanidad. En esta labor resulta necesario que el maestro con su ejemplo personal y su conducta diaria se convierta en un modelo a imitar, sobre todo en las primeras etapas. El valor es un elemento muy vinculado a la propia existencia de la persona que afecta a su conducta, configurando y modelando ideas, condicionando sentimientos, actitudes y modos de actuar, por lo que el ejemplo del maestro representa un fundamento preponderante para educar en valores. El sistema de valores está directamente vinculado con la forma de vida de la sociedad, lo que origina que al cambiar las relaciones sociales y económicas se establezcan nuevos valores. Destacan algunos métodos y elementos importantes dirigidos a la conciencia, a la actividad y a la valoración, a saber:

• Necesidad de que el estudiante identifique los modelos del deber ser, en correspondencia con la formación de ideales.

• Poner en práctica las formas correctas de actuar, mediante las propias actividades en la clase, en la propia vida del docente, en las actividades sociales de carácter productivo, laboral, culturales y deportivas que se generan en la escuela y en la comunidad.

• Propiciar la valoración del contenido que aprende y lo que es muy importante, valorar la actividad individual, del grupo, proceso que va desde la valoración externa y conduce hasta la autorregulación de la persona.

Al respecto es muy importante analizar como debe proceder el docente ante las manifestaciones cotidianas que presentan los alumnos, de igual forma es importante que el docente preste atención tanto al resultado de la asignatura que imparte como al comportamiento de los alumnos, tomando en consideración como piensan y sienten. También es importante analizar si resulta un buen ejemplo el comportamiento del maestro para sus alumnos. Respecto al tipo de actividad, existen diferentes experiencias de la formación de valores, donde destacan las potencialidades que ofrece el trabajo con proyectos, donde deben prevalecer las experiencias realizadas en escenarios de la localidad, y donde es necesario romper el paradigma de asistir a clases solo en un salón de clases, a puertas cerradas, elemento común de la escuela tradicional.

Es importante considerar que la organización de la actividad escolar constituye otro factor pedagógico que requiere de nuevas formas, que permitan dirigir a los alumnos hacia un tipo de tarea que demanda mayor apertura a su actividad, que pueda interactuar, vivir positivamente lo que hacen, de tal forma que lo puedan valorar. Son múltiples las actividades que puede ofrecer esta apertura, entre otras el trabajo socialmente útil. En lo referente a las instituciones, es importante destacar la importancia de las instituciones en la conformación de valores. Al respecto es importante preguntar: ¿Se reconoce en las escuelas la importante fuerza movilizadora de las diferentes instituciones? ¿Cómo los estudiantes pueden convertirse en un pilar para remodelar la vida del grupo? ¿Cómo dirigir la acción de los colectivos hacia su propia formación de sentimientos, cualidades y valores?. Es importante destacar que la función de las instituciones es regular las distintas esferas de las relaciones sociales. De acuerdo a ello, se distinguen las diferentes instituciones políticas, económicas, jurídicas y culturales en la comunidad, incluyendo los medios de comunicación masiva, tales como las redes sociales, la televisión, la radio y el cine. Es importante destacar el nexo que se establece entre la educación y los objetivos sociales a que debe dar respuesta por una parte, y la contribución que debe brindar al desarrollo individual por la otra, como los dos polos de una cuerda en tensión que representan los puntos de llegada y de partida respectivamente en el trabajo educacional.

Reafirmando la premisa de que en gran medida la educación resulta influenciada por la sociedad, es necesario partir de la consideración de que la personalidad se forma y se desarrolla no sólo bajo la influencia de acciones dirigidas hacia la finalidad del sistema educacional, sino también y de manera esencial en un amplio contexto social, porque el ser humano se desarrolla en la sociedad. En lo referente a la sociedad es muy importante definir:¿Qué es la sociedad? En lo concerniente a la respuesta de esta pregunta, la sociedad puede ser concebida, como el sistema de relaciones creadas por el hombre y en el cual se desarrolla la vida, que se conforma históricamente. Emile Durkhein, sociólogo francés, desarrolló de forma sistemática la idea de que la educación es una institución social, que aparece estrechamente vinculada con el resto de las actividades sociales y la define como la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que todavía no se encuentran maduras para la vida social. Señala que el objetivo fundamental de la educación es precisamente el hacer social al individuo, considerando que el medio social tiende a moldear al niño a su imagen, y que padres y maestros son los representantes o intermediarios en la conformación de esa imagen.

Al educando no se le puede considerar como un espejo que refleja, pasivamente, las influencias externas. El interactúa con el medio e individualiza el proceso hasta lograr la asimilación de la experiencia que aportan los objetivos a que se ha hecho referencia. En la dirección del proceso educativo es necesario tener presente, las particularidades individuales del educando, consolidando lo mejor, lo esencial para el desarrollo de si mismo y de la sociedad. El trabajo educacional, exige búsqueda de formas superiores de organización de la actividad de los educandos y de las influencias que están presentes en su formación, en correspondencia con las necesidades del desarrollo social. Esto está condicionado desde las edades más tempranas por el modo de vida en el que cada individuo esté inmerso, haciendo que interiorice normas, valores actitudes, rasgos del carácter, convicciones que demanda la sociedad en que vive.

En virtud de lo expuesto, sería interesante analizar las particularidades del proceso educativo:

• Es multifactorial. En el que está presente la influencia de variados factores: la familia, la institución educacional, cultural, deportiva, recreativa, el cine, el teatro, la radio, las relaciones y las influencias de las instituciones sociales en general.

• Es prolongado. Se inicia desde las primeras edades y continúa aún después de terminada la etapa escolar, aunque durante esta se produce un desarrollo intenso de las cualidades morales y de la conducta.

• Es escalonado: Pasa por diferentes niveles, en el primero asimila nociones elementales de algunas reglas de conducta en el hogar, la escuela y el medio que lo rodea. Luego, se va formando la concepción ética e incorpora a su personalidad habilidades y normas de conducta para actuar correctamente ante distintas situaciones. Y el que pudiéramos llamar el último, que se caracteriza por la formación de convicciones, actitudes, valores, hábitos, y formas de conducta, estables, así como por el desarrollo constante de los sentimientos. Un nivel superior de desarrollo estaría dado cuando se logra la formación de un sistema de convicciones y una jerarquía de valores que actúan como condicionantes de la conducta e impulsora de la actividad del hombre.

• Es concéntrico: Se retorna una y otra vez a las mismas cualidades de la personalidad, con el objetivo de consolidarlas, ampliarlas y profundizarlas, de acuerdo con el nivel de desarrollo alcanzado por los educandos.

• Es bilateral y activo: Están presentes la influencia del educador, otros agentes socializadores y la actividad del educando, la cual debe caracterizarse cada vez más por su interés, su capacidad de esfuerzo propio, su nivel de independencia y perseverancia para alcanzar un objetivo definido.

• Se vincula al trabajo en grupo: No es posible organizar el sistema de influencias educativas, sin tomar en consideración todos los factores que en el concurren y muy en particular, el propio grupo escolar como un agente activo en el proceso adecuadamente organizado y dirigido. Es imprescindible la existencia de una interrelación y comunicación positiva entre el personal del centro educativo, así como con la familia y en el resto de los agentes de influencia de la comunidad.

En el proceso de aprendizaje en valores, resulta esencial enfatizar las cualidades estéticas del trabajo del maestro mediante el cultivo de la sensibilidad, ya que por esta vía también se forman valores, tomando en consideración las efemérides de la Hispanidad y otras vías, en las que el estudiante sea un agente activo y haga suya la tarea, se convierte en fuente de valores morales altamente deseables y apreciables. También es importante mencionar que el sistema de valores está vinculado con la forma de vida de la sociedad, lo que origina que al cambiar las relaciones sociales y sobre todo las económicas, cambia el sistema de valores. La formación en los niños de una conducta estable y el surgimiento sobre su base de cualidades de la personalidad se logra de forma exitosa solo cuando el ejercicio de determinadas formas de conducta se realiza por un motivo positivo, así reconocido y sentido por los alumnos y no por la coacción, donde el elemento económico representa un factor importante, porque si existe mucha necesidad económica sería más recurrente la puesta en práctica de los antivalores.

También es importante conocer y analizar las características de los adolescentes y la tendencia al cambio, a la transformación de su personalidad. Tal como se mencionó anteriormente, la educación para la vida es importante, por lo tanto, debe ser un reto de la Escuela para la Hispanidad desarrollar esta educación. La riqueza del futuro sale indudablemente de las escuelas, si estas son capaces de enfrentar el desafío que demanda un mundo en constante cambio formando hombres que sean activos protagonistas de las transformaciones sociales que les impone la situación actual, donde se reafirma la necesidad de formar hombres que piensen y sientan. La jerarquía de valores se forma en el individuo en su interacción con las diferentes esferas de la vida: familia, escuela y comunidad incluyendo el ambiente físico y el ambiente sociocultural. De acuerdo a información proporcionada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el índice de la tasa de mortalidad por suicidios se encuentra en aumento, por lo que el desarrollo de la espiritualidad que promueva las diferentes esferas sociales representa un factor preponderante.

La educación que se promueva en la Hispanidad tiene que lograr un adecuado equilibrio entre la formación científico-técnica y el pleno desarrollo espiritual del hombre. Debe ser en sí un proceso de interacción entre la explicación y la comprensión del mundo social y natural y su transformación y ser capaz de dirigir al hombre hacia la manifestación de los valores. Es importante destacar que la familia y la escuela constituyen dos de las más importantes instituciones para el beneficio de la sociedad. La familia, en cumplimiento de su función educativa, desempeña un papel formativo fundamental en el desarrollo de sentimientos y valores en sus hijos, si se empeñan en ser ejemplo de modelos positivos en aspectos esenciales y en preparar a sus hijos para la vida. Al respecto, es importante tomar en consideración la evaluación de forma permanente de la siguiente información en el desarrollo de una nueva escuela tomando en consideración la naturaleza biopsicosocial del ser humano:

• Desarrollo físico del alumnado.

• Actividades docentes (aprovechamiento, desarrollo intelectual, habilidades innatas para aprender, participación en clases, interés por el estudio, actitud ante las dificultades de aprender).

• Actividad social (actitud ante la vida del grupo, conocimiento de la vida social, obligaciones sociales, relaciones con los compañeros, etc).

• Actitud del alumno y su familia hacia la escuela y maestros (apoyo que le brindan, respeto).

• Condiciones de vida y educación en la familia (medios de existencia material de la familia, composición, nivel de escolaridad, condiciones materiales, actitud de los padres hacia sus hijos y de estos hacia ellos).

• Conclusiones generales.

• Plan de medidas a seguir.

En este orden de ideas, el maestro debe se capaz de encontrar las vías y procedimientos más efectivos para conocer de forma sistemática y objetiva los avances y retrocesos que se observa en la formación de cada alumno, estando al tanto de fortalecer la función de la institución en general, tomando en consideración qué realmente le corresponde a la labor de la familia, a la escuela y la comunidad.. El estudio de las condiciones de vida, tiene especial importancia en los alumnos indisciplinados, desorganizados o con dificultades para el aprendizaje. Esto es posible efectuarlo mediante el empleo de entrevistas a los padres que aborden entre otras aspectos como la composición del núcleo familiar, cualidades innatas del educando, condiciones de vida, posición que ocupa el alumno en el seno familiar, empleo del tiempo libre, intereses y deseos que manifiesta, régimen de vida que frecuenta, y grupos o amigos con los que más se reúne. Esta información se debe tener en consideración de la forma más cuidadosa posible, ya que por lo general los padres de los alumnos que poseen estas características no siempre están dispuestos a aceptar la responsabilidad².